Queso provolone derretido en pequeño bowl.

Ingredientes

Queso provolone: origen

Explora todos los usos que le puedes dar al provolone, un tradicional queso que te trasladará directo a Italia en un solo bocado.

De origen italiano, pero de fama mundial, el queso provolone es una excelente y rica opción cuando de acompañamientos se trata.

El queso provolone tiene sus raíces en el sur de Italia, más exactamente en la región de Campania. Su origen está relacionado con las técnicas de elaboración de quesos de pasta hilada, un método que también se utiliza en la producción de otros quesos italianos como la mozzarella.

Inicialmente, el provolone era un queso regional, pero su popularidad creció rápidamente debido a su versatilidad y sabor, lo que llevó a su producción en otras regiones de Italia. En el siglo XIX, la producción de provolone se expandió hacia el norte de Italia, especialmente en las regiones de Lombardía y Véneto, donde se sigue fabricando hoy en día.

El queso provolone es conocido por su forma característica, que puede variar desde pequeñas esferas hasta grandes cilindros, y por su proceso de maduración, que puede durar desde unos pocos meses hasta más de un año. A medida que envejece, su sabor se intensifica, volviéndose más picante y robusto.

Además, este queso también se distingue por su versatilidad en la cocina, ya que puede ser consumido fresco, en sándwiches, o cocinado en platos como pizzas y gratinados. En el siglo XX, con la emigración italiana, el provolone se introdujo en otros países, como Argentina y Estados Unidos, donde también se ha convertido en un queso muy popular.

6 USOS DEL PROVOLONE EN ITALIA

el queso provolone se ha convertido en un ingrediente esencial en la cocina italiana gracias a su sabor versátil y su capacidad para adaptarse a diferentes preparaciones. Este queso de pasta hilada, que puede variar en intensidad según su grado de maduración, se disfruta de múltiples maneras en todo el país. Estos son los 6 usos más usuales:

1. Antipastos: se sirve en rodajas finas y se combina con embutidos como prosciutto, salami, y mortadela, así como con aceitunas, alcachofas y otros quesos. El sabor suave o picante del provolone, dependiendo de su maduración, contrasta bien con los sabores salados y grasos de los embutidos, creando un equilibrio perfecto en el paladar.

2. Recetas al horno: una preparación clásica es el provola al forno, donde se hornea en una cazuela pequeña, o directamente en una sartén, hasta que se derrite y adquiere una textura cremosa y un sabor ligeramente ahumado. A menudo, se sirve con pan tostado para mojar en el queso fundido o con verduras asadas como berenjenas, pimentones, o calabacines, que complementan su sabor.

3. Pizza: en la pizza, el provolone se utiliza para aportar un sabor distintivo, especialmente cuando se combina con otros quesos como la mozzarella. Su capacidad para fundirse bien y su sabor ligeramente picante y cremoso lo convierten en una excelente opción para pizzas más elaboradas, en las que se busca un perfil de sabor más complejo.

Pizza con queso provolone y otros ingredientes.

4. Sándwiches y paninis: su textura firme, pero fundente, lo hace ideal para derretirse ligeramente cuando se tuestan los paninis. Combina bien con carnes curadas como el prosciutto o el salami, así como con vegetales grillados y hojas verdes como la rúgula. En un sándwich, puede aportar una riqueza y cremosidad que equilibra los sabores más fuertes de otros ingredientes.

5. Ensaladas: el provolone, especialmente en su versión menos curada, se corta en cubos y se añade a ensaladas frescas. Su sabor suave complementa bien a otros ingredientes como tomates cherry, aceitunas negras, cebollas rojas y lechugas mixtas. A veces se utiliza en ensaladas de pasta, donde se mezcla con ingredientes como aceitunas, tomates secos y albahaca, ofreciendo un contraste interesante con los sabores frescos y herbales.

6. Queso de mesa: como queso de mesa, el provolone se disfruta comúnmente solo o acompañado de frutas frescas como uvas, higos o peras, que realzan su sabor. También se sirve con frutas secas como almendras y nueces, que dan una textura crujiente y un contraste dulce al plato. Es un queso que puede apreciarse en su forma más pura, permitiendo a los comensales disfrutar de su sabor, ya sea suave y cremoso, o más intenso y picante, dependiendo de su maduración.

Estos son los 10 tipos de pizza más populares del mundo. Algunas de ellas utilizan el provolone como su queso principal.


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Cómo maridar perfectamente tu queso provolone con bebidas sin alcohol

El queso provolone, con su variada gama de sabores, puede maridar excelentemente con bebidas sin alcohol que realcen su perfil gustativo, haciendo posible una experiencia equilibrada y satisfactoria. Aquí te presento cinco de las mejores opciones para maridar el queso provolone con bebidas sin alcohol:

  • Té negro: el té negro es una opción sofisticada para maridar con provolone, especialmente si el queso está más maduro y tiene un sabor más picante. El té negro, con su cuerpo robusto y ligero amargor, complementa la intensidad del provolone, ayudando a limpiar el paladar entre bocados.
  • Agua con gas: sorprendentemente, el agua con gas es un excelente acompañamiento para el provolone, especialmente en su forma más suave y fresca. Las burbujas ayudan a refrescar el paladar, realzando los matices del queso sin dominarlo. Además, es una opción versátil que se adapta bien a diferentes presentaciones del provolone.
  • Jugo de manzana: el jugo de manzana, con su dulzura natural y acidez equilibrada, complementa muy bien el sabor del provolone. La dulzura del jugo contrasta con el toque picante del queso, especialmente si está envejecido, mientras que la acidez ayuda a equilibrar su riqueza.
  • Limonada casera: la limonada, con su frescura y acidez vibrante, es una excelente opción para maridar con provolone, especialmente en su versión más suave. El cítrico corta la cremosidad del queso, dejando una sensación refrescante en el paladar.
  • Mosto de uva: el mosto de uva es una bebida dulce y afrutada que se combina maravillosamente con provolone, especialmente si se trata de un queso más maduro. La dulzura del mosto realza los matices más intensos del queso, creando un contraste delicioso que realza ambos sabores.
Refrescante jugo de manzana con hielo para tomar junto a un aperitivo de queso provolone.

10 QUESOS SIMILARES AL PROVOLONE

El queso provolone es conocido por su textura firme, su capacidad para fundirse. Existen otros quesos que comparten características similares, ya sea en su proceso de elaboración, textura, o sabor, y pueden ser opciones interesantes para quienes disfrutan del provolone. A continuación, te presentamos 10 quesos que se asemejan al provolone:

  1. Mozzarella: similar en textura y proceso de pasta hilada, pero generalmente más suave y fresco.
  2. Scamorza: un queso italiano ahumado, de pasta hilada, con una textura y sabor similares al provolone joven.
  3. Caciocavallo: queso italiano de pasta hilada, con un sabor más intenso y una textura similar.
  4. Fontina: semiblando italiano con un sabor suave y terroso, comparable a un provolone más joven.
  5. Asiago: dependiendo de su maduración, puede ser suave como el provolone joven, o más intenso como el provolone envejecido.
  6. Pecorino: un queso italiano de oveja que puede tener una textura y sabor similar al provolone, especialmente en su forma menos curada.
  7. Edam: queso holandés de textura firme y sabor suave, comparable al provolone joven.
  8. Gouda: muy similar en textura, especialmente cuando es joven, aunque más dulce que el provolone.
  9. Havarti: un queso danés de textura semiblanda y sabor suave, que puede recordar al provolone en su versión menos madura.
  10. Manchego: español y de oveja que, dependiendo de su maduración, puede tener una textura y sabor similar al provolone envejecido.

CÓMO SE HACE EL QUESO PROVOLONE

La preparación del queso provolone es un proceso artesanal que combina técnicas tradicionales con cuidado en cada etapa para obtener su sabor y textura característicos. Aquí te explicamos el proceso de elaboración paso a paso:

1. Selección y calentamiento de la leche:

Se utiliza leche de vaca fresca, que se calienta a una temperatura de alrededor de 35-40 °C (95-104 °F) para iniciar el proceso de coagulación.

2. Coagulación:

Se añade cuajo, una enzima que coagula la leche, separando la cuajada del suero. Este proceso suele durar unos 30 a 45 minutos, formando una masa sólida.

3. Corte de la cuajada:

Una vez que la leche ha coagulado, la cuajada se corta en pequeños trozos, lo que permite que el suero se separe más fácilmente. El tamaño de los trozos influye en la textura final del queso.

4. Cocción y agitado:

La cuajada cortada se calienta nuevamente y se agita para expulsar más suero y consolidar la masa. La temperatura puede elevarse hasta 45-50 °C (113-122 °F), dependiendo de la receta específica.

5. Desuerado y moldeado:

El suero se drena, dejando la cuajada que se moldea y se prensa para eliminar cualquier resto de suero. Este proceso ayuda a dar al queso su forma inicial.

Leche fresca utilizada para la preparación de queso provolone.

6. Pasta hilada:

La cuajada se sumerge en agua caliente o suero a una temperatura de 70-80 °C (158-176 °F). Esto hace que la cuajada se vuelva elástica y pueda ser estirada o hilada, un proceso característico de los quesos de pasta hilada como el provolone y la mozzarella. Se amasa y se estira repetidamente hasta lograr la textura adecuada.

7. Formado:

La masa hilada se moldea en la forma deseada, que puede ser esférica, cilíndrica o en forma de pera. Luego, se sumerge en agua fría para que mantenga su forma.

8. Salado:

El queso formado se coloca en una solución salina, donde permanece durante varias horas o días, dependiendo del tamaño del queso. Este paso es crucial para el sabor y la conservación del queso.

9. Maduración:

Después del salado, el provolone se deja madurar en cámaras especiales donde la temperatura y la humedad son controladas. La maduración puede durar desde un par de meses hasta más de un año. Cuanto más tiempo madure, más fuerte y picante será su sabor.

10. Ahumado (opcional):

En algunos casos, el provolone se ahuma, lo que le da un sabor distintivo. El ahumado se realiza colgando el queso en una cámara de ahumado donde se expone al humo de maderas especiales.


Fuentes:

Preguntas frecuentes

1. ¿Cuál es la diferencia entre el provolone dulce y el provolone picante?

El provolone dulce es un queso que ha madurado durante un período más corto, generalmente de 2 a 3 meses, lo que le da un sabor suave y cremoso. El provolone picante, en cambio, ha madurado durante un período más largo, a veces hasta un año o más, lo que intensifica su sabor, volviéndolo más fuerte y con un toque picante.

2. ¿Cómo se debe almacenar el queso provolone para mantener su frescura?

El queso provolone debe ser almacenado en el refrigerador, envuelto en papel encerado o en una tela de queso, y luego colocado en un recipiente hermético o en una bolsa de plástico con cierre. Esto ayuda a mantener su frescura y evita que absorba olores de otros alimentos. Si es un provolone madurado, puede durar varias semanas en estas condiciones.

3. ¿Cómo se puede utilizar el provolone en la cocina?

El queso provolone es extremadamente versátil en la cocina. Puede ser utilizado en sándwiches, pizzas, ensaladas, y platos al horno. Se derrite bien, por lo que es ideal para gratinados y fondues. También se puede disfrutar solo como parte de un antipasto o acompañado de frutas frescas o secas.